
Crónica de una ciudad
Pandelis Prevelakis
Książkowe Klimaty 2013
Grecia siempre me ha parecido un escenario perfecto para grandes novelas, por ejemplo El mago de John Fowles o Lamandolina del capitánCorelli de Louis de Bernières, más que de una crisis económica permanente y colas a los cajeros. Aunque he tenido también experiencias lectoras negativas como en el caso de las novelas de Victoria Hislop, después de las cuales me dieron ganas de tirar los libros por la ventana gritando ¡¿Por qué esta ambientación e historias tan fantásticas se le ocurrieron a esta escritorzuela?! Lo natural sería leer a algún autor griego contemporáneo. Sin embargo, parecía que los únicos que se traducían eran Nikos Kazantzakis, el creador de Zorba, o Petros Markaris, autor de una saga detectivesca. Y últimamente, como no, el macho alfa de Yanis Varoufakis. Hasta que, gracias a una serie de coincidencias, llegó a mis manos Crónica de una ciudad de Pandelis Prevelakis, uno de los novelistas y poetas griegos de la llamada Generación’30, gran amigo y biógrafo del mencionado arriba Kazantzakis.
Crónica de una ciudad es una colección de anécdotas, relatos y recuerdos sobre la ciudad cretense de Rétino, de dónde era oriundo su autor. Cuando, después de años de ausencia, Prevelakis vuelve a su ciudad natal en 1938, ve un pueblo en decadencia, lleno de ruinas y habitado casi únicamente por ancianos. Su época de esplendor parece haber acabado hace tiempo y el lugar que el escritor conocía en su juventud existe solo entre los confines de su memoria. Por eso empieza a recordar cómo era Rétino antes. Gracias a sus recuerdos la ciudad recobra la vida y podemos admirarla en toda su gloria de un importante puerto, primero veneciano y, luego, otomano. Prevelakis dibuja un retrato de su ciudad comparando su pasado con el presente, contándonos historias de sus gentes- comerciantes y pescadores- con la nostalgia típica para los que saben que algunas cosas nunca más volverán a ser como antes. El resultado es una imagen multisensorial, llena de colores, olores y sabores característicos para los lugares donde, como en Rétino, se mezclaban las culturas, los idiomas y las religiones. Más que una crónica, el relato de Prevelakis recuerda una elegía de amor que, con melancolía y nostalgia, evoca la belleza pasada.
El puerto veneciano de Rétino (fuente)
Aunque nostálgico, el libro no transmite tristeza sino más bien la admiración por lo que era la ciudad. Las historias y anécdotas son tan interesantes y amenas como lo debían de ser los nakli o cuentos para adultos que cada noche escuchaban en las cantinas cretenses los turcos fumando en sus narguiles. Al igual que ellos, llegamos hasta el final con la sensación de querer más. Esto ocurre en gran parte gracias al estilo del autor- sugestivo y poético, lleno de amor hacia su tierra, gentes y la mar. En las descripciones, escuetas y muy gráficas al mismo tiempo, se nota la vocación poética de Prevelakis. Leyendo el libro
sientes como te saluda el agua mientras la arena besa tus pies, como te saludan las nubes colgadas alto en el cielo inmaculado.
La edición que leí, de la fantástica editorial Książkowe Klimaty- Climas Libreros- incluye también otras dos descripciones cortas de Rétino, más modernas. La introducción fue escrita por el traductor de Crónica de una ciudad en 1974, casi 40 años después de Prevelakis, mientras que el epílogo es de hace 2 años y de la autoría de un reportero de visita en la ciudad. Rétino no ha desaparecido, todo lo contrario- es una ciudad llena de vida, estudiantes de la Universidad de Creta de la cual es una de las sedes, y de turistas, of course. Me gustaría poder visitarlo un día. Eso sí, fuera de la temporada alta. Y espero que, a pesar de todo, sin la necesidad de tener un visado…
Crónica de una ciudad fue publicada en España en catalán por la editorial Empuries en 1999.